domingo, 10 de abril de 2011


En Caracas, Venezuela, se ha presentado  en la Galería Templarios y en la ONG (Organización Nelson Garrido), en el marco de una serie de conversatorios sobre el tema. 
También se ha expuesto en la Galería GBG bajo el marco de la muestra Ética-Estética-Política con la curaduría de María Elena Ramos, septiembre 2013.

Se ha presentado en Medellín, Colombia, en 2009, en el Parque Biblioteca Belén,en el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia y en la Fundación Cementerio de San Pedro, itineró en distintas ciudades del Departamento de Antioquía, bajo el patrocinio de la Alcaldía de Medellín y de la Fundación Cementerio de San Pedro.


Esta exposición está disponible completamente gratis para cualquier organización que trabaje en pro de los Derechos de los niños, niñas y adolescentes.


La muestra consta de trece pendones, impresos en vynil, de 150 x 50 cms, doce testimonios y un pendón explicativo de la misma.






GBG Invita a Ética–Estética–Política, curaduría de María Elena RamosJueves, 19 de septiembre de 2013 – 07:30 pm
Con la modernidad, el arte quiso ser autónomo y, así, se  fue liberando de antiguos vínculos con ideologías o religiones y de la voluntad de convencer o convocar. Pero hoy recobra vigencia un arte de contenido -ético, social, político-. Y esto nos llega por la vía, tan contemporánea, de la ampliación de temas extra-artísticos que son incorporados a las obras.
Muy diversas motivaciones para los creadores vienen del mundo que los rodea: de su actualidad. Y en esa actualidad están inevitablemente presentes la violencia urbana, el narcotráfico, la sobrevivencia precaria, la inseguridad social, el poder sin límites, la mentira como estructura entronizada, la presencia militar sobreexcedida, los medios de comunicación que revelan o encubren la actualidad de cada día, y hasta las manipulaciones genéticas y los límites que frente a ellas intenta la bioética.
La ética requiere la autonomía interior del hombre autodeterminado, del ser libre. Si los grandes asuntos éticos –como la verdad, el bien, la solidaridad, la justicia- se mantienen como valores e ideales de siempre, los nuevos tiempos vieron entrar nuevos motivos de reflexión sobre la relación del ser humano con sus semejantes. Surgieron movimientos pacifistas, feministas, de reconocimiento de minorías y diferencias, creció la conciencia por los derechos humanos. Y los lenguajes del arte se ocuparon de estos y otros contenidos de su tiempo.
La política es parte de la existencia. Pero cuando la politización va penetrando todas las instancias de la vida ¿cómo podría ignorarlo el poeta, el artista? En tales condiciones, el que un creador aborde estos temas se vuelve tan natural como lo es el que un pintor que habita entre paisajes conmovedores los tome como objetivo. El país político actúa hoy en cada zona, estimulando más tejido relacional entre la interioridad personal del creador y lo que vibra -o desaparece, o se malogra, o sobrevive- afuera, en una especie de inestable nueva naturaleza. Pero los temas que centran esta exposición no atañen solamente a Venezuela. Algunos de estos proyectos evidencian que la injusticia, la corrupción, la violencia son males universales que existen, con variantes, en distintos países y épocas.
Este proyecto quiere penetrar el estrecho tejido entre, por ejemplo, un tema ético y la forma artística en que encarna, o entre una acción política y la estructura estética del lenguaje como una consecuencia creadora: cultural, expresiva. Dimensiones de humanidad, y de socialidad, pueden encontrarse en la manera misma de producción y circulación de las obras y en lo que ellas proponen como nuevas redes de sentido en el circuito de la cultura y la historia de un país. Así, ya la obra de arte no solo tiene un tema, sino que ella misma y sus redes son temas: para la sensibilidad y para la reflexión. Al hacer y hacersepreguntas, el arte contemporáneo disemina inquietudes y las deja resonando en la vida cotidiana de los espectadores.                                                                      
Artistas participantes:

Alexander Apóstol (Venezuela 1969. Vive en Madrid)


Ángela Bonadíes (Venezuela 1970) y Juan José


Olavarría (Venezuela 1969, ambos viven en Caracas)


Sara Maneiro (Venezuela 1965. Vive en Caracas)


Sergio Barrios, El Hase (Venezuela 1980. Vive en Nueva


York)


Deborah Castillo (Venezuela 1971. Vive en Caracas)


Victorino Cáceres (Venezuela 1968. Vive en Caracas)


Carlos Zerpa (Venezuela 1950. Vive en Caracas)


Javier Rodríguez (Venezuela 1975. Vive entre Londres y Caracas)


Armando Rosales (Venezuela 1987. Vive en Maracaibo)


Juan Manuel Echavarría (Colombia 1947. Vive en Nueva


York)


Rosa Virginia Urdaneta (Venezuela 1961. Vive en Caracas)


Lihie Talmor (Israel 1944. Vive entre Caracas y Tel Aviv)


Regina José Galindo (Guatemala 1974. Vive en Guatemala)


Armando Ruíz (Colombia 1983. Vive en Maracaibo)


Sandro Pequeno (Venezuela 1971. Vive en Caracas)    








Aquí Opinan
   Viernes 08 de Abril de 2011 |  
20 TalCual

 Milicias escolares
JESÚS ELORZA

María la del barrio, conversa animadamente con sus amigas en la bodeguita de su sector. Estoy asombrada, les dice, con los avances que ha tenido mi hijo en su conducta, desde que impusieron el Plan Integral de Educación Militar en todo el sistema educativo venezolano. Ahora, se levanta todos los días a las 5 am para hacer ejercicios físicos e izar la Bandera Nacional. Antes de salir de la casa, deja su cuarto arreglado. Cuando le pido algo, me responde "ordena, madre, estoy aquí para obedecerte"... qué bello es mi hijo.                                                                                                                                                 


           Pero, de un tiempo para acá, mi asombro se ha ido transformando en una progresiva preocupación. Primero fue cuando le cambiaron su uniforme escolar de franelita blanca y pantalón azul, por uno verde oliva. Diariamente, saluda con su mano en alto y al frente un afiche del Comandante presidente que tiene en el cuarto "Quiero ser como tú, Patria, Socialismo o Muerte".                                                           
                 Casi me desmayé, cuando un día lo vi llegar a la casa con un fusil AK-47 más grande que él.  

             ¿Qué es eso, hijo? Me respondió que era el arma revolucionaria que le habían asignado para defender la Patria de la invasión de los Marines Imperialistas.                      Al borde de un infarto, por ese comportamiento y lenguaje guerrerista opté por cambiarle el tema y le dije: cómo vas en matemáticas, biología y castellano.                Con arrogancia y soberbia, me respondió que esas eran materias de la IV Republica, que ahora sólo estudiamos, El Arte de la Guerra y el Pensamiento de Chávez. Mamá, tan profundo es el cambio curricular, que las actividades con plastilina del Pre-escolar fueron sustituidas por el manejo de explosivos plásticos C-4.                                                                                                                                      
            Amigas, lo más grave, fue cuando presencié una redada en el barrio dirigida por las Milicias Escolares. Mi hijo, comandando un pelotón, arremetió contra sus amigos por el solo hecho de ellos oponerse al servicio militar revolucionario. Después de golpearlos los hicieron presos y hasta el sol de hoy no hemos vuelto a verlos.                                                                                                                                   
             Con una sonrisa macabra dibujada en su rostro, mi hijo se limita a decirme que los enviaron a los Centros de Reeducación Revolucionaria "Pol-Pot" ubicados en Bolívar y Sucre. Ay mi Dios, me dije a mí misma, creo que han reactivado los Campos de Concentración de Guasina y El Dorado.                                   
             Un día, estando de visita mi hermano, comenzamos a hablar sobre la situación política del país, la inseguridad, el desempleo y la inflación. Mi hijo, que nos escuchaba, se enfureció y comenzó a acusarnos de conspiradores y golpistas. Cuando le reclamé que nos respetara, se fue de la casa. Pero, al cabo de un rato, regresó con un escuadrón de policías y allanó nuestro hogar. Fui detenida y en los calabozos del organismo de seguridad nacional ¡mi propio hijo comenzó a torturarme!, colocándome una bolsa plástica en la cabeza para ahogarme, mientras me preguntaba dónde estaban las armas con las que pretendíamos asesinar a su Presidente.                                                                                                                             
              Bañada en sudor, me desperté y me di cuenta de que todo fue una horrible pesadilla. Me levanté, vi a mi hijo durmiendo tranquilamente en su cuarto y me fui a la cocina a prepararme un guarapito de tilo para calmar mis nervios, cuando de pronto escuché en la radio al ministro de la Defensa anunciando la Resolución de su despacho que hace obligatoria la Instrucción Militar desde el Pre-escolar y que las Milicias Bolivarianas serían las encargadas del adoctrinamiento de los niños y jóvenes en las escuelas.                                                                                                                                                       
                 De inmediato, salí a la calle a buscar a mis compañeras del barrio que también habían oído la noticia y por unanimidad decidimos constituir el Comité de Lucha por una educación en Libertad y Democracia.   

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